La presidenta Claudia Sheinbaum respondió con un Plan de Fortalecimiento Económico de 18 puntos (en adelante Plan de Sheimbaum), ante el reciente anuncio de nuevos aranceles globales por parte del Presidente Donald Trump, con el objetivo de blindar al país frente a la crisis que se avecina.
El reciente anuncio de nuevos aranceles desató una tormenta en los mercados internacionales. Las bolsas cayeron en picada, reflejando el temor a una nueva guerra comercial. En este entorno de alta volatilidad y con un 60% de probabilidad de recesión global, México se ve obligado a actuar con rapidez.
Pero el Plan de Sheinbaum ¿realmente es un salvavidas para la economía mexicana o podría ser una carga adicional en un momento delicado?
¿Solidez económica o mayor presión fiscal?
El Plan de Sheimbaum abarca desde la soberanía energética y alimentaria, hasta la expansión de infraestructura, vivienda y programas sociales.
Sin embargo, varios de estos puntos implican un alto gasto público, en un momento en que México arrastra un déficit fiscal cercano al 6% del PIB.
Medidas como el aumento al salario mínimo, las transferencias sociales o la licitación de nuevos proyectos, sin una fuente clara de financiamiento podrían elevar el riesgo país y deteriorar la percepción de estabilidad macroeconómica si no se aplican con cautela.
Industria manufacturera: la clave del Plan
Entre los puntos más estratégicos están los dirigidos a la reactivación de la industria manufacturera nacional:
- Fortalecimiento de sectores como el textil, calzado, muebles, juguetes, acero y aluminio.
- Impulso a la producción de vehículos para el mercado interno.
Estas medidas pueden ser decisivas para un sector que exporta masivamente a EE.UU. y que hoy enfrenta la amenaza arancelaria directa.
Aquí es donde las empresas mexicanas deben actuar. Una vía inmediata es el Programa de Promoción Sectorial (PROSEC), particularmente a través del artículo 5, que permite solicitar la incorporación de fracciones arancelarias necesarias para su cadena de suministro con tasas preferenciales.
Potenciar el mercado interno sin descuidar la liquidez
Otro eje importante del Plan de Sheinbaum es el incremento de ventas de productos nacionales en cadenas comerciales (tiendas de autoservicio y departamentales).
Sin embargo, para que las PyMEs puedan participar sin poner en riesgo su flujo de efectivo, urge reactivar esquemas de factoraje de CFDI’s vía Nafin.
Esta herramienta ya ha sido exitosa en el pasado, y puede ser clave para ampliar la presencia nacional de la industria en tiendas de autoservicio y departamentales sin comprometer su liquidez.
Riesgos latentes y experiencias pasadas
Algunos puntos del Plan de Sheimbaum presentan antecedentes preocupantes. Por ejemplo, el Programa Nacional de Producción Farmacéutica recuerda la fallida “Megafarmacia del bienestar” del sexenio anterior.
Asimismo, los llamados «polos de bienestar» requieren una ejecución rigurosa para evitar que se conviertan en inversiones ineficientes.
¿Oportunidad o amenaza?
México está ante un cruce de caminos. El Plan Sheinbaum puede ser una oportunidad para fortalecer el aparato productivo nacional y reducir la dependencia de EE.UU., pero sólo si se ejecuta con responsabilidad fiscal y visión de largo plazo.
Hoy más que nunca, las empresas deben actuar con estrategia, hacer valer sus necesidades ante las cámaras y organismos empresariales, y aprovechar los instrumentos existentes como PROSEC o Nafin para asegurar su viabilidad en un contexto global adverso.
Por lo cual te invitamos a nuestro Reto Aduanero el cual daremos a conocer la próxima semana, con el cual te apoyaremos a tener las bases para diversificar tu mercado de exportación y enfrentar este momento tan difícil e incierto.
Mientras tanto te invito a revisar el análisis del Día de la Liberación del gobierno de USA, en el episodio 335 de Negocios sin Complicaciones.
Y te recuerdo que si necesitas ayuda para verificar si tus productos cumplen con las disposiciones de TMEC podemos apoyarte.